En la década
de los 60's Coltejer era una de las mayores textileras del país. Una de sus
filiales más importantes fue Fuerza (Fundiciones y repuestos S.A.) la cual
comenzó fabricando partes y repuestos para la maquinaria textil de Coltejer,
pero muy pronto, gracias al fuerte desarrollo tecnológico que tuvo, incursionó
en la fabricación de telares, válvulas y máquinas cortadoras de césped entre
otros.
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© La RS 100 fue la primera sport de
Yamaha.
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©Cerrado
este capitulo, Furesa siguió investigando que otro vehículo popular se podía
desarrollar, barajaron varias opciones, incluso la del ensamble de bicicletas
apoyados por una industria internacional. Fue de esta manera que se pensó en
las motocicletas, basados en el desarrollo que había tenido este vehículo como
transporte popular en los países de Asia. En esos años, principios de los 70's,
las motos eran vehículos poco comunes en nuestras ciudades, la única
ensambladora existente era Auteco que ensamblaba motos Lambretta y Kawasaki. Se
realizaron contactos con Yamaha de Japón con quienes se estudió la posibilidad
de establecer un acuerdo de asistencia técnica y ensamble en nuestro país.
Basados en estas conversaciones los directivos de Furesa presentaron a la junta
directiva de Coltejer este proyecto, siendo rechazado siete veces en tres años
hasta que por fin fue aprobado y se determino comenzar el ensamble en 1975 con
una proyección inicial de 800 motocicletas anuales.
Una vez que
se tuvo luz verde, la principal inquietud de los responsables del proyecto fue
como mercadear y comercializar un producto tan poco conocido y usado. Lo
primero que hicieron fue aprender a montar en moto y salir a recorrer el país
para evaluar los vehículos y su desempeño en nuestra topografía y de paso medir
la reacción de la gente, sirviendo esto como estudio de mercado.
Algunos
directivos de Furesa listos
para salir a
probar las motos
La línea de
ensamble inició operaciones en 1975 dentro de las instalaciones de Furesa en la
ciudad de Medellín. Los primeros modelos fueron una moto todo terreno, la
DT-125 / 175 y otra de calle, la RS100. Ese año se cerró con un total de 160
unidades vendidas. Aquellas primeras DT tuvieron una importante evolución
técnica en 1978 cuando se introdujo el modelo Monoshock, en el cual se
reemplazaron los dos amortiguadores traseros por uno solo central,
configuración que prevalece hasta nuestros días. En su época esta moto causó un
gran impacto porque era la primera vez que se veía un sistema de estas
características, además el motor contó con un importante aumento de potencia
que las hicieron más rápidas. Gracias a estas mejoras las ventas se
incrementaron y se comenzaron a usar en competencias deportivas. En 1980 se
mejoró aún más el modelo con la introducción de un nuevo carburador que contaba
con un sistema mecánico que compensaba la mezcla de aire - gasolina de acuerdo
a la altura sobre el nivel del mar, este nuevo carburador se denominó
Calibmatic y dio nombre al nuevo modelo de la saga DT que siguió cosechando
éxitos en ventas y que hasta la fecha sigue triunfando en competencias de
velocidad. En 1984 apareció por primera vez la última evolución importante de
la línea DT, que incorporó un diseño muy moderno para su época que todavía se
mantiene vigente. Desde entonces solo ha habido cambios menores siendo lo más
relevante en estos años la introducción de accesorios de aluminio, freno de
disco delantero y sistema eléctrico de 12 voltios en el 99.
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La
indestructible Furia fue la primera
moto de
muchos colombianos
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En aquellos
primeros años se experimentó con un modelo pensado exclusivamente para el
campo, la AG100, más conocida como la Agro, la cual contaba con protecciones
especiales, una caja de cambios modificada para tener más fuerza a bajas
velocidades y una inmensa parrilla para cargar grandes bultos o animales
pequeños. Este modelo no encajó bien en nuestro mercado porque las motos en
aquella época eran un medio de transporte muy poco conocido y aceptado en el
campo, a diferencia de otros países como por ejemplo Australia donde la Agro es
toda una leyenda.
En sus
inicios el mayor reto para Yamaha fue la promoción de sus productos, con el
agravante de que el presupuesto de publicidad era muy pequeño. Por esto la
estrategia se baso en dos puntos; el primero en promover el uso de la moto
entre reconocidos directivos industriales de la ciudad y el segundo en
participar en carreras de velocidad que se corrían en circuitos callejeros y de
motocross, eventos que gracias a incontables triunfos se convirtieron en la
mejor vitrina de Yamaha.
En aquellos
primeros años se experimentó con un modelo pensado exclusivamente para el
campo, la AG100, más conocida como la Agro, la cual contaba con protecciones
especiales, una caja de cambios modificada para tener más fuerza a bajas
velocidades y una inmensa parrilla para cargar grandes bultos o animales
pequeños. Este modelo no encajó bien en nuestro mercado porque las motos en
aquella época eran un medio de transporte muy poco conocido y aceptado en el
campo, a diferencia de otros países como por ejemplo Australia donde la Agro es
toda una leyenda.
En sus
inicios el mayor reto para Yamaha fue la promoción de sus productos, con el
agravante de que el presupuesto de publicidad era muy pequeño. Por esto la
estrategia se basó en dos puntos; el primero en promover el uso de la moto
entre reconocidos directivos industriales de la ciudad y el segundo en
participar en carreras de velocidad que se corrían en circuitos callejeros y de
motocross, eventos que gracias a incontables triunfos se convirtieron en la
mejor vitrina de Yamaha.
Las primeras
carreras de motocross en las que estuvo Yamaha, fueron las que se realizaban en
la pista de la Arenera ubicada en los terrenos de una fábrica de ladrillos
cerca de las instalaciones actuales de Pintuco, en Medellín. Posteriormente
Furesa inauguró su propia pista en Envigado donde se organizaban carreras,
tanto departamentales como nacionales y además se corría la categoría Enduro,
en la cual los aficionados participaban con sus propias máquinas de serie y
donde las Monoshock y Calibmatic eran muy comunes en la grilla de partida.
Inclusive se realizó en una oportunidad la Copa Monomarca Yardley solo para
motos Monoshock, la cual tuvo una nutrida participación. De esa época data el
primer equipo profesional Yamaha de Motocross integrado por personajes como
Fernando y Cristian Echavarria, Juan Pablo de Bedout y otros que seguramente
los aficionados de los 70's y 80's recordarán. En la segunda mitad de los 80's
la actividad deportiva de está especialidad, se vio muy disminuida por
diferentes factores pero volvió a resurgir en los 90's y Yamaha conformó
nuevamente un equipo oficial con el cual ha cosechado grandes éxitos, primero
con Nicolás Stankov y más recientemente con Juan David Posada, ambos varias
veces campeones nacionales en diferentes categorías.

Junto a la creación de la línea de ensamble se estableció la sociedad Impormoto que importaba y distribuía los repuestos Yamaha. La primera importación que se hizo fue de un contenedor y costó tres millones de pesos, una cifra astronómica en ese entonces y como el negocio de Yamaha era tan nuevo se cometieron errores porque las cantidades de piezas se pedían sin ningún tipo de criterio sino por simple percepción.
Otro hecho que marcó el futuro industrial de la naciente ensambladora de Yamaha, fue la compra de Coltejer por parte de la organización Ardila Lulle en la segunda mitad de la década de los 70's, que dentro de sus planes estratégicos determinó que Furesa se debía concentrar mayoritariamente en los textiles. Esto ocasionó que la línea de ensamble fuera absorbida por Impormotos y se trasladara a unas nuevas instalaciones en el municipio de Envigado, Antioquia. En 1985 la organización Ardila Lulle puso a la venta la línea de ensamble de motos y un grupo de industriales de la ciudad junto con Yamaha Motor Co. compraron la sociedad cambiando la razón social por su nombre actual, Incolmotos (Industria Colombiana de Motocicletas). Con este nuevo panorama la empresa se trasladó a unas instalaciones localizadas en la avenida las Vegas cerca de donde está ubicado actualmente el periódico El Colombiano. En un principio la participación de Yamaha fue del 19% y en 1999 adquirió el 50% de la empresa, momento en el cual pasó a llamarse Incolmotos - Yamaha.
A finales
de los 80's, los directivos de la empresa previendo un incremento de ventas y
con el fin de aumentar la capacidad productiva adquirieron unos terrenos en el
municipio de la Estrella, donde actualmente opera la línea de ensamble, las
bodegas y la sede administrativa. En los primeros años de los 90's Incolmotos
tuvo un acelerado desarrollo gracias al aumento de ventas de motocicletas en
nuestro país, pasando de poco más de 9000 unidades en 1990 a casi 50.000
unidades en 1995. Esto animó a los directivos de la empresa a pensar en
incrementar aún más la capacidad de producción, para esto se adquirió un
terreno en Girardota donde se pensaba construir unas nuevas instalaciones de
20.000mts cuadrados y un complejo de motocross, pero estos planes fueron
aplazados debido a una sorpresiva caída en las ventas durante el 97 y 98,
asociada a la crisis económica del país, que llevó a Incolmotos a una fuerte
reducción de las ventas, cerrando el año 2.000 con menos de 20.000 unidades
vendidas. Actualmente en estos terrenos funciona la pista de Motocross más
importante de Antioquia.
En la década de los 90's se amplió la gama de productos con la introducción de los Scooters Jog de 50cc, Axis de 90cc y la Chappy, una moto que a pesar de su curioso diseño fue muy apreciada por sus usuarios y aunque se vendía muy bien fue descontinuada desde la casa matriz en Japón. Estos modelos permitieron a Yamaha seguir ofreciendo un producto para el segmento de compradores que consumía la Towny. En el año 1999 se introdujo la BWS, un potente scooter de apariencia "todo terreno" dirigido a un público joven, tanto hombres como mujeres, que de inmediato tuvo gran aceptación gracias a su novedoso diseño y buen desempeño tanto en calle como en las pistas, donde ha logrado bastante reconocimiento.